Se sienta entre las rocas, deja que le protejan contra todo....¿Contra todo? no... algo lucha en su bolsillo por salir presionandola levemente...
La mira con curiosidad, de tapas de piel marrón, la libreta parece querer decirle algo... la abre, sintiendo, tan solo, sus paginas amarillentas... su olor a viejo... Su mirada se pierde en pensamientos... y comprende... comprende que no quiere contarle nada... solo quiere ser historia, quiere ser recuerdo y pensamiento... quiere ser palabra.
Entonces, y solo entonces mira al frente, una sábana, levemente ondeante, en quietud azul, se extiende ante ella hasta el horizonte, donde un antiguo dios parece culminar su viaje apagando la luz del mundo...
Deja que el viento le revuelva el pelo, devolviendola de su ensueño... ¿Qué le cuenta a quien antes de ser papel fue arbol? ¿Qué le cuenta cuando ya ha vivido mil historias? Una historia de algo más antiguo que ella misma, una historia de quien siempre ha estado ahí... una historia del mar.
Sus ojos recorren aquello que alcanzan... desde el horizonte hasta la orilla, donde bravío e impetuoso recorre sus últimos metros... donde el azul se vuelve blanco y sonríe, sonríe al darse cuenta de que casi parece la trayectoria de una vida... del final, el comienzo y del comienzo, el final...
¿Es la orilla del mar su final? ¿Es la orilla del mar el principio de una vida con energía desbordante? ¿Es el final orgulloso de quien no teme al destino? ¿Es el horizonte, donde la mirada no alcanza, el futuro de una vida? ¿Es el horizonte del mar, donde la mirada no alcanza, el principio de una vida de confusos recuerdos?
Su frescura... su ligereza... su movimiento... le provocó un profundo sentimiento de libertad y de humildad.
Nadie le había dicho al mar que llegar hasta la orilla fuera a ser un camino facil, nadie le dijo que no tuviera que cruzar tormentas y tempestades... nadie le habló de sentimientos en el sendero, de la rabia y de la ira que le harían alzarse, temible, nadie le habló de la tranquilidad y serenidad, de la belleza del exterior... y la del interior, aún mayor, si cabe.
Pero él lo supo, en esos últimos metros, con melancolía recordó todo lo que había dejado atrás y comprendió que es fácil morir bien... lo dificil es vivir plenamente y se alzó, se levantó orgulloso y exhausto, recorrió el final del camino, hasta besar a la arena, con su último aliento.
Volvió a mirar a la hoja, ella le devolvió la sonrisa, esperando, expectante.
- He comenzado a entenderle, -le dijo sonriendo a la hoja- voy a contarte lo que el mar me ha pedido que escriba en tí.
Comenzó a escribir, el pelo se le enredaba en la cara y ella no se daba cuenta....
Nadie me dijo que vivir fuera a ser fácil, nadie dijo que en todo momento, todos los días fuera a ser feliz, nadie dijo que no hubiera desengaño, traición o injusticia pero en lo que coincidían todos es en que aún con esas pocas cosas malas merecerían la pena.
De cada error, una lección. De cada mala elección, alguien se vuelve un poco más sabio. Levantarse tras la caida y escalar hacia arriba desde donde estés. Si el miedo quiere jugar contigo, dale la espalda; si alguien te pone la zancadilla... salta.
Pero nunca... nunca te detengas... si todo fuera tan facil, ¿No sería muy aburrido? si no tuvieras que esforzarte ¿Tendrían mérito tus actos?
Ella seguía escribiendo... y cuando dejó de hacerlo releyó sus palabras y sonrió, ¿le decía aquello a la hoja? o ¿se lo decía a ella misma, para leerlo de nuevo cuando cayera?
No lo sabe.. y no quiere saberlo, quiere luchar por el presente.
Miró a la hoja, ella le sonreía entre las lineas, levanto la vista hacia el mar... y dirigiendose a la hoja, hacia el mar y su propio corazón dijo...
-Nunca lo olvides... El coraje no es la ausencia del miedo, sino el considerar que hay algo más importante que el miedo. Puede que los valientes no vivan eternamente, pero los cautelosos no viven en absoluto.
La hoja seguía sonriendo y la joven mirandola con ternura le dijo...